(Para 4/6 personas)
· 50 g de arroz por persona
· 1 litro de caldo (carne o pollo) caliente
· 4 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de aceite
· 50 g de queso parmesano rallado
· 1 cebolla
· azafrán molido
· sal
Carne, pescado, marisco, verdura o lo que se quiere añadir.
En primer lugar, hay que preparar lo que se quiere añadir al risotto. Si es carne, hay que freirlo por adelantado. O sea, todo lo que no se hace en 15 minutos hay que hacerlo antes.
Si vas a hacerlo con setas secas, pon las setas a remojar en agua templada una hora antes. Sacar las setas y guardar el liquido para el caldo.
El marisco o pescado no se hace por adelantado.
Una vez preparado lo de arriba, sigue con el arroz:
Primero pelamos y picamos muy fino la
cebolla y a continuación echamos dos cucharadas de mantequilla y el
aceite en una cacerola. Añadir la cebolla y calentamos la cacerola. Dejarlo cocer removiendo frecuentamente hasta que quede transparente.
Añadimos el arroz y lo
removemos con la cebolla hasta que quede caliente, todo a fuego suave.
Si vemos que hay peligro de que se tueste, añadiremos un poco de
caldo caliente, sin dejar de remover.
Sin tapar la
cacerola seguimos removiendo, observando el arroz y añadiendo poco a
poco caldo caliente a medida que el arroz absorba el líquido.
A los 10 minutos, añadimos los ingredientes que da sabor al risotto.
Durante los 20-30 minutos que dura la
cocción veremos que el contenido adquiere un aspecto cremoso. Prueba
el arroz apretando un grano entre los puntos de los dedos. Debe de
estar “al dente”. En ese punto añadiremos el azafrán, para que
el arroz tome un aspecto amarillento, como de yema de huevo.
Luego
añadiremos el resto de la mantequilla y el queso parmesano rallado y
lo mezclamos todo.